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By Ed Greenwood

The eagerly awaited sequel to the bestselling Elminster: The Making of a Mage. touring overland to Cormanthor, the younger Elminster trips to the mythical elven urban to benefit their methods and magics.

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Por... favor, suél... tame. Elminster se aseguró de pisar terreno firme en la penumbra que proyectaban los árboles, y depositó con cuidado al elfo sobre un lecho de musgo. —Hablo vuestra lengua —dijo en élfico—. Me llamo Elminster de Athalantar, y me dirijo a Cormanthor. El asombro volvió a asomar a los verdes ojos. —Mi gente te matará —repuso el mago elfo con voz muy débil—. Sólo hay un modo de que tú... Su voz se apagó, y el joven mago apretó la mano sobre la fatigada garganta y murmuró apresuradamente las palabras de su único conjuro curativo.

Bueno, ya tenía algo en que pensar mientras andaba. Podían transcurrir días antes de que pusiera los ojos en Cormanthor. ¿Disponía de días, o acaso esta gema consumía la vitalidad o la mente de quien la llevaba? Si por casualidad se alimentaba de él... Se palmeó la frente. —¡Mystra, ayúdame! —gimió. Desde luego. La inesperada voz que resonó en su cabeza lo hizo caer de rodillas al suelo, agradecido, pero la diosa se limitó a pronunciar ocho palabras más: La gema no es peligrosa. Sigue con ella.

No, para juntar las frentes, por supuesto. Los ojos del elfo, tan cercanos y abiertos como platos, oscilaron como un reflejo en el agua que las olas alteran; cuando la perturbación desapareció, el rostro se había transformado en el del anciano y benévolo Ungido, y el observador se apartó de él para mostrar a Elminster que realizaba una reverencia. De algún modo, El comprendió que invocaba la protección del Ungido frente a aquellos miembros del Pueblo que se habían horrorizado al descubrir que un humano había penetrado hasta el mismo corazón de su ciudad, bajo la apariencia de un elfo que conocían.

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