Download Piense y hágase rico (Mitos Autoayuda) by Napoleon Hill PDF
By Napoleon Hill
Es asi de sencillo: l. a. riqueza, los angeles realizacion own, estan al alcance de todas aquellas personas que lo desean; basta simplemente con develar el secreto del ?xito. Y para ello sencillamente hay que estar dispuesto a develarlo. Del famoso business, filantropo y escritor Daniel Carnegie, aprendio Napoleon Hill del secreto del exito y lo sistematizo para hacerlo accesible a cualquier character de cualquier clase social.
Read Online or Download Piense y hágase rico (Mitos Autoayuda) PDF
Best libros en espanol books
Barcelona. 1990. Plaza y Janés. 21x15. 571p.
- Una brevisima introducción a la lógica
- People/Las Personas
- Obras escogidas
- El catolicismo explicado a las ovejas
- Introduccion A La Arquitectura Conceptos Fundamentales
Extra info for Piense y hágase rico (Mitos Autoayuda)
Example text
En casi todos los casos, no lo ejercita, y ello explica por qué tanta gente vive en la pobreza. Recuerde lo que se ha dicho sobre la semejanza del subconsciente con un jardín fértil, en donde las . hierbas crecen en abundancia, si no se siembran semillas de plantas más deseables. La autosugestión es el agente de control a través del cual un individuo puede alimentar voluntariamente su subconsciente con pensamientos de naturaleza constructiva o, por negligencia, permitir que los pensamientos de naturaleza destructiva se infiltren en ese rico jardín de la mente.
Ha conquistado el espacio aéreo tan cabalmente que los pájaros resultan pobres competidores. Ha analizado y pesado el sol a una distancia de millones de kilómetros y ha determinado, por medio de la imaginación, los elementos que lo componen. Ha aumentado la velocidad de locomoción hasta poder viajar a velocidades de más de mil kilómetros por hora. La única limitación del hombre, en su facultad de razonamiento, es el grado de desarrollo de su imaginación y el uso que haga de ella. Todavía no ha alcanzado la cúspide del desarrollo y del uso de su facultad imaginativa.
Sus propósitos, suponía él, habían sido crear monopolios, aumentar los precios y pagarse a sí mismos dividendos exagerados más allá de todo privilegio. Con su estilo campechano, Schwab condenó ese sistema. La estrechez de miras de semejante política, dijo a su auditorio, residía en el hecho de que restringía el mercado en un momento en que todo pugnaba por la expansión. Abaratando el coste del acero, explicó, se crearía un mercado expansivo; se idearían más usos para el acero y se captaría una parte considerable del mundo de la industria.